Monday, August 4, 2008

Language, language, all's language... Also this shit I just took

Lo normal es sentirse extraño. De hecho eso de normalidad nada más es un pleito temporal que cada vez que existe espera ser ganado por uno de los fenómenos que al final devuelven todo a su lugar, a aquel universo de sensaciones que, por el hecho de ser menos constantes, nos aferramos a llamar "me siento" y "raro". Las armas que usamos para borrar dicha extrañez de nuestras vidas (el hábito, las costumbres, lo cotidiano y lo rutinario), son apéndices nefastas de las que nuestra voluntad hace uso aferradamente cuando nos acobardamos (o más bien nos aflojeramos) ante situaciones y ambientes enrarecidos. Pero que es todo esto? no es más que el flujo, que de constante nada más tiene su intermitencia e imprevisibilidad, del que el tiempo, el espacio y nuestras vidas (en otras palabras el mundo) hacen uso para moverse a si mismas. Esto a causa de lo orgánico de la existencia, no solo de este universo, si no de todos los mundos/percepciones que este contiene y al mismo tiempo de su eterna interacción caótica. Las diferencias que notamos entre cada uno de dichos elementos; el escalonamiento permanente de los eventos que se suceden y del tiempo que los encierra (que de ninguna manera creo sea lineal, o que dicha linea sea perfectamente recta), la separación entre los estados y las cosas, que se parecen en cierta manera a cuando la imagen de un televisor cambia de tono, color, intensidad, etc. las traducimos todas, de manera voluntaria, en una morfología emocional, que por el hecho de ser esta ambigua e incongruente en su "relación" con las cosas en si, vuelve a todo ese mundo interno de adentro para afuera. Así es como en esos tiempos de extrañeza las imágenes, la interacción con el mundo y sus significados se vuelven otros, porque de alguna manera ora errática, ora estable, intercalamos dichas experiencias; interna y externa.