Tuesday, June 2, 2009

CondiciónContemporánea

Desensibilización hacia las formas más sínicas, burdas, obvias, escandalozas, de alguna manera consideradas "inmorales" o sintomáticas de una cultura decadente de consumo // Relación paradigmática (probablemente demasiado difícil de remediar por métodos diréctos) hacia los bienes, el capital, y a las estructuras sociales y culturales causadas por los factores mencionados y potenciadas por la globalización y la geopolitización.

--------------

MTV: Cuando era niño y tenía 8 años ver MTV era lo más cool del puto mundo; cuando tenía como 16 lo veía todo el chingado día aunque la mitad del tiempo me la pasaba quejándome y hablando mierda de lo que veía ahí (intermitentemente si no había nada más en la tele que captara mi atención, o de manera continua si al menos despertaba en mi el morbo). A mis 23 años eligieron al nuevo héroe del mayor reality show del planeta; el espectáculo de la realidad es el circo más pinche ridículo que hay.

Thursday, May 7, 2009

Que las angustias que se enredan una con otra y ya no puede uno distinguir cual es la que lo está jodiendo a uno más; que la soledad y la hipocresía que se contraponen y en cuyos polos es la única parte donde puede uno vivir; que la única salida, a la que no me puedo aferrar aunque ya la tenga bien identificada. A la verga, nisiquiera puedo desinteresarme.

Me pregunto que pensarían de mi Gropius, Van Der Rohe, Wright, y la Corbusier si supieran de mis intereses y de como se oponen mi actitud y mi aptitud. Quisiera poder subastar mi talento y todo lo demás por E-bay; cuando llegará el tiempo en que eso sea posible?

Que la naturaleza y los prejuicios. De nada sirve ahorita de todos modos que haga lo que haga, ya está llegando el desinterés por las cosas importantes; ya puedo medio-sentir que llega la puta angustia por lo trivial.

Sunday, December 28, 2008

2

Hace un par de días encontré entre las páginas de un libro viejo (era un tratado de semiótica de una editorial italiana), que se encontraba en un estante igual de viejo, en una librería tal vez un poco más nueva, un sobre con un trozo de papel amarillento adentro. No dudé y de inmediato compré el libro con su contenido. Era el principio de una carta, que al parecer por los tachones, había sido desechada por el mismo autor (debido a la falta de sellos postales, también dudo que algún día haya llegado a su destino, e incluso dudo de que tal destino exista). Su contenido, así como su remitente, son ambos muy ambiguos. En color rojo (valdría la pena mencionar que el papel se encontraba en muy mal estado y por lo tanto tal vez haya tenido que completar parte de lo que se lee a continuación) se encontraban escritos los siguientes párrafos:

Estimado comité directivo:

Hace tiempo tuve que haberme dirigido a ustedes, pero cierto es que debido a lo agitado de los eventos que se han presentado estos últimos días, de los cuales ustedes ya tienen noticia y que por lo tanto, no vale la pena recordar, he estado escondiéndome algún tiempo. Dicho escondite no es precisamente un escondite como comúnmente se conocen. Este no tiene puerta, techo ni paredes, que va! ni siquiera tiene piso. Es más bien un escondite tácito, se encuentra dentro de mi mismo. Yo sé que al leer estas palabras correrán a buscarme para traerme frente a ustedes y yo solo quiero ahorrarles su tiempo al decirles que dicha tarea es imposible, ya que a decir verdad, nisiquiera yo mismo sé donde me encuentro. Dicho lo anterior, paso a explicar mis motivos. No espero con esto su piedad ni su absolución, sé que sobre eso no hay discusión, y a decir verdad, sería yo el primero en rechazar cualquier intento de indulto que se me ofreciera. Lo que pretendo con esta carta más bien, es que alguno de ustedes se vea reflejado en mis palabras y de esta manera deshacerme de esta culpa, la cual para ser sincero, siento que no debería cargar.

Creo que debo recalcar primeramente el hecho de que ustedes nunca me dijeron hacia donde me dirigían, y creo que es justo decirles, no a manera de reclamo, sino como observación, que me da miedo esta realidad que se conforma de verdades y leyes. Dicha solemnidad no va conmigo. Me da miedo saberme cierto y entero. Cuando se me orilla a ser, como ha ocurrido últimamente, detesto la unidad de la que pende mi esencia. Odio ser cosa física, dura como la mierda y al mismo tiempo cosa blanda, como la mierda, y como el tiempo del que, al parecer, también estoy hecho. Tiempo que acentúa mi unidad y la condena simultáneamente... (aquí las letras son completamente ilegibles debido a rayones hechos con un lápiz de otro color y a una rotura en el papel)... les pido me comprendan. Me confortaría mucho saberme fuera de aquí, muy dentro, en aquel el lugar donde estuve antes, ustedes saben cual, donde la única certeza es la duda, donde la duda es lo que le da el valor al mismo mundo y a cada uno de sus elementos. Quiero saberme uno de esos elementos, pero dudarme también. Ser esencia nada más, esencia ambivalente. Unos..." (aquí las letras se desvanecen del todo, como si el lápiz con que se escribieron las palabras hubiera perdido, poco a poco, su corporeidad)

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------

De la carta que encontré antes, en aquel tratado de semiótica de la editorial italiana que leía por título “Sintassi, Pragmatico e Semantico. Trattato Generale”, tomé su contenido y con él me permití realizar un pobre ejercicio que, más que de literatura, se trata de un esbozo tropezado de una de las múltiples (debido a su ambigüedad, tal vez sería más correcto decir infinitas) interpretaciones que a dicha carta se le pueden dar. Mediante varias conjeturas y omisiones, las cuales tienden a asumirle más un carácter metafísico que poético a dicha carta, traté de dar forma a una bitácora ficticia que explicara, en cierta medida, varias cuestiones planteadas en ella (aunque forzosamente deja a otras de lado, no por indiferencia ni por considerarlas menos importantes, si no por una sincera incapacidad de acción mía de incluir todas las cuestiones con las que me vi enfrentado).

0.

Hoy llegué a Praga. Fui llamado por el Comité Directivo para atender asuntos que requerían de mis "servicios especializados”. Llegué por tren a la abarrotada estación central de Hlavin Nadrazi donde me esperaba una persona a la que noté desde antes de bajar al andén, no por el cartelón en el que estaba escrito el nombre que me habían pedido que usara, si no por la mirada expectante del joven (demasiado joven, pensé, para estar involucrado en una misión en la que necesitaran de mis servicios). Sentí un poco de pena por él. Supe que era pena lo que sentí por aquel joven porque en una ocasión anterior, en la que había sido llamado por el antiguo Comité Directivo para atender unos asuntos de una índole no idéntica, pero sí algo parecida en Damasco, tuve que prescindir de la vida de uno de los hombres de confianza del Califa Uzmán a quien el Comité Directivo había reclutado para asistirme: Bâhir al-Walid, a cuyos padres había yo prometido traer de vuelta en menos de una semana; la mañana del quinto día dejé su cuerpo desprovisto de alma enmedio del desierto; para la tarde de ese mismo día estaba yo de vuelta, en casa de sus padres, comiendo el delicioso kabsa que había cocinado la madre mientras les explicaba a ambos como su hijo se había quedado en un campamento de beduinos que comerciaban con ganado a un día de ahí a esperar por unos camellos que él había mandado a traer desde Bagdad como regalo a sus padres. Les dije que cada camello le había costado a Bâhir 15 dinares y que las monturas de seda roja bordadas con hilos dorados que había comprado para ellos valían 8 dinares cada una. Les advertí fingir sorpresa al día siguiente cuando llegara Bâhir con los animales. Esa noche los ancianos me acomodaron en el cuarto del hijo cuyo cuerpo era ya para ese entonces comida de buitres y chacales, y a quien nunca volverían a ver. Durante toda esa noche no pude dormir. Me fui antes de que saliera el sol sin que ellos se dieran cuenta. Hoy en la estación de Hlavin Nadrazi sentí por el joven que fue a recogerme algo parecido a lo que sentí por Bâhir esa noche que no pude dormir.

El C.D. reservó para mi estancia un pequeño estudio cerca de Vyšehrad a pocos metros del rio Vlatva, desde donde se pueden ver con claridad los jardines del Císařská Louka. Instalé en la habitación las pocas pertenencias que me entregó el joven que me recogió en la estación de tren (su nombre es Evzen Lidovky). Estas consisten en: dos cambios de ropa (los cuales puse en un estante), Un saco extra (el cual colgué en un pequeño armario), una toalla, un cepillo de dientes, un rastrillo (porque al parecer tengo barba), un jabón, crema, loción, un peine y unos lentes (porque este huésped, aparte de barbudo, es miope). Evzen me dio también una cartera con varios carnets de identidad, dos mil coronas y un papel con un número telefónico y la siguiente frase escrita: Comunicarse cada mañana con Kazimir para informe diario e instrucciones. No hice lo que decía la nota. Siempre he considerado la solemnidad del C.D. algo estúpido y sin sentido. De hecho, nuestros servicios podrían ser prestados desde Fuente; no hay razón para que se nos solicite venir hasta aquí, a caminar entre ellos en un huésped que la mayoría de las veces resulta desechable. Pero el C.D. tiene sus reglas escritas y para ellos es casi sagrado continuar con este modo de hacer las cosas (creo que esto se debe más que nada a que no pueden soportar el hecho de saber que colaboran con algo que es más que corpóreo, algo que no es carne vulgar como la de ellos). Aún así, sus reglas no son las mías, y por eso, en vez de llamar a Kazimir para recibir las instrucciones del día y, aprovechando que había mucha luz en la calle, me salí a dar un paseo. Seguí la margen del Vlatva por el Rašínovo nábř un par de minutos y luego di vuelta en Svobodova, donde seguí caminando por horas, entre casas de la burguesía praguense, hasta llegar a la esquina de Na slupí. Cuando estuve a punto de dar media vuelta y volver a mi estudio me arremetió una sensación que creía olvidada; de un restaurante en la esquina de Albertov me llegó el aroma de comida recién horneada (a pesar de que considero vulgares los placeres de la carne y de la materia, cada vez que vengo me permito disfrutar de un par de actividades que de todas formas son necesarias para el correcto funcionamiento de mi huésped). Entré al restaurante y me senté. Rápidamente llegó la encargada del lugar con un menú y cubiertos. Como toda la comida, e incluso el solo hecho de comer, me parece placentero, le dije, sin ver, que me trajera el primer platillo del menú; volvió un poco después con un plato de vepřo-knedlo-zelo, que devoré en pocos minutos. Hacía 15 años, 3 meses y 17 días que no ingería ningún alimento, pero para mi bien pudieron haber sido un par de segundos.

1.

Hoy por la mañana marqué el número que Evzen me había proporcionado. Contestó una mujer que, por su voz, me pareció bastante joven (Junto con Evzen, ella era la segunda persona de aproximadamente la misma edad con la que me había tocado lidiar desde mi llegada a Praga -apenas ayer-, lo cual me parecio bastante raro ya que el C.D. no solía reclutar a personas de menos de 40 años para ejercer ningún tipo de función dentro de sus departamentos. Por otro lado, me pareció bastante agradable la sensación de no reconocer a la joven que me contestó; sentir la distancia entre nuestros seres, encerrados cada uno en su respectivo cuerpo. Me di cuenta, también, de que por más que me esforzara no podía, siquiera, hacerme una imagen mental de la apariencia de la joven). Le di mi nombre, y pedi que me comunicara con Kazimir. Después de tan solo una fracción de minuto me transfirieron con él. No se me cuestionó acerca de mi desobediencia al no haberme comunicado el dia de ayer; al contrario, me dijeron que a causa de algunos eventos no planeados, el inicio de la operacion se vería postpuesto hasta mañana. Por segunda ocasión tenía el resto del día libre. Me dijeron que si necesitaba algún servicio, cualquiera que este fuese, marcara este mismo número y le dijera a Kateřina (la joven que contestó el teléfono) que mandara a Evzen a mi estudio; de cualquier forma él haría rondas diarias para proporcionarme asistencia. Colgué el teléfono y me quedé sentado en mi cama por un par de minutos, pensando en las razones por las que se podría haber retrasado el inicio de la operación; era algo que nunca había pasado antes en la historia de nuestras contribuciones con el C.D; sólo ahora que estoy sujeto al tiempo y a sus reglas me doy cuenta de esto (también sentarme a pensar me resulta extraño: el hecho de que una idea suceda a otra y luego a otra y que solo mediante esta ilación de pensamientos sea capaz de llegar a una "respuesta" o a una "conclusión", estados que de otra manera -de estar en Fuente- serían implícitos, previos aún, a las cuestiones que aquí los generan).

Salí del estudio sin saber que hacer, con la incertidumbre como único campo de acción mental (o mejor dicho, como única opción dentro del marco sensorial y congnoscitivo al que me encuentro sujeto dentro de este huésped). Caminé de esta manera por un par de minutos hasta me que encontré con una pequeña tienda a donde entré a comprar pan de centeno. Me senté en una banca al margen del Vlatva a comer y cuando estuve satisfecho empecé, no sé porque, a arrojar pequeños trozos del pan que me sobró a un pájaro que se encontraba cercas de mi. Era un ave migratoria (después de tratar de recordar el nombre de su especie por un par de minutos me di por vencido). Se acercó cautelosamente después de que lancé el primer trozo de pan, lo picoteó apresuradamente y luego volvió a alejarse unos pasos. Tras varias veces de repetir esta misma escena, comenzó a desarrollar un poco de confianza y a acercarse un poco más a donde yo me encontraba. Llegaron un par mas de aves a recolectar las migajas que yo continuaba arrojando; al poco tiempo había ya una docena de ellas enfrente mío; unas peleaban por los pedazos más considerables de pan, otras, las más pequeñas, se limitaban a mantenerse al margen de la congregación que se encontraba enfrente de mi, mirando con ansiedad como se desarrollaba la escena, esperando a que una migaja saltara hacia su lado. Después de haberles arrojado lo que me restaba comenzaron, una a una, a retirarse (en busca de alguna otra fuente de comida, pensé). Al par de minutos sólo quedaba el ave a quien le habia ofrecido originalmente el pan, pero no pasó mucho tiempo antes de que ella también partiera en vuelo.

Se me ha proporcionado una vida con la cual no sé que hacer. Dicha incertidumbre enfatiza mi existencia (o sería más correcto decir la de mi huésped?). De hecho creo que todos aquellos que serán capaces de entender esto -que a la vez es nuevo y totalmente sabido por mi- son producto de la duda, la cual a su vez y de manera cíclica es producto de la esencia que los compone. No sé si cada persona que veo, sentado aquí en esta banca a la margen del Vlatva, está consciente de ello, o si seré yo (debido a mi "especial" situación ontológica) quien adquiere una consciencia alterada de esta realidad a la cual no sólo no estoy acostumbrado, si no que poco a poco se enrarece más con este tiempo que me pasa por encima. Sabrán ellos que están hechos de tiempo? sabrán que la materia que los soporta está circunscrita dentro de ese motor al cual ellos se aferran a medir con esas unidades que nada tienen que ver con él? En estos momentos este cuerpo decadente en el que me encuentro pensando existe también gracias a esa partícula ínfima de tiempo que lo contiene mientras este realice sus funciones corporales.

2.

Ayer he escrito la palabra "existe" de una manera que, al leerla hoy de nuevo, me causó una impresión muy grande. La escribí sintiendo a mi cuerpo; pensando a través de él y de la materia que lo compone. Significará esto que me estoy acercando cada vez más a la experiencia sensorial humana?

Hoy, muy temprano por la mañana, se presentó Evzen en mi estudio.



***una casualidad***
***inconsistencia (sentimientos, sensaciones, actitud, humor)***
***miedo***
***duda (también hacia la felicidad)***
***ansiedad***

Monday, November 17, 2008

espejo/temporada

La noche me alimenta la existencia; la noche y el sueño. Nunca me encuentro mas consciente que cuando me despierto a las 4 de la mañana a saberme; a transfigurar a las sensaciones por medio de mis pensamientos y volverlas eso. Nunca me encuentro mas consciente que en dichos momentos. Por lo mismo, en ninguna otra ocasion es mas fuerte mi desconexion conmigo mismo; en ninguna otra ocasion se siente mas el vacio que se encuentra detras de la conciencia que me hace enterarme de que estoy ahi, no pensando si no extrayendo a mis pensamientos desde la nada, desde lo que no es representable con una palabra ni tampoco con otro pensamiento.

Cuando era niño, de una manera que no puedo alcanzar a comprender (ya sea porque he perdido dicha capacidad, o por que ahora, mas que nunca, me da miedo ser y estar), me sometia a mi mismo a sesiones ontologicas introspectivas. Empezaba por preguntarme que era yo, que era lo que componia mi esencia, mis pensamientos mas primordiales como la percepcion y la conciencia (en ese entonces no los llamaba de esta manera, pero eso es lo que eran) hasta que me abstraia del mundo al que estaba acostumbrado, a las relaciones y a mi mascara asquerosa. Podia llegar hasta mas alla de mi pensamiento, al que derrepente dejaba de poseer. Podia sentir como era controlado por algo externo, como nada de lo que pensara era configurado por mi, si no por el vacio que le seguia, lo cual era en ese momento lo unico que me conectaba con todo y todos los demas. Siempre volvia a ser con miedo, las cosas dejaban de importar; el sentimiento de hipocresia quedaba latente en cada una de mis acciones. El interactuar se volvio desde entonces la mentira suprema, la hipocresia en su estado mas puro. Como iba a ser capaz de afirmar mi ser mediante una conexion con lo demas, si mi ser me era lo mas extraño? como puede, no mi persona, si no mi esencia, salir al ruedo del mundo si la unica forma de hacerlo es mediante primero, mi conciencia, y luego, mi personalidad? Como iba a poder seguir siendo si ambas cosas le arrancaban la honestidad al unico nucleo del que ellas mismas se desprendian? Nunca desde entonces pude empatar a mis ideas con un modo de expresarlas del que no se derivara un asco interno que las hacia otra vez menos que la nada desde la que se generaron.

Hace años que soy incapaz de hacer eso. Y otra vez, no se si sea mas por miedo a sentir mas alla de mis palabras, existir como algo mas alla de la voz interna quien creo o al menos, mediante engaños, siento ser; o por una simple incapacidad de ser algo, cualquier cosa, mas que esa voz que dicta todos mis actos y a la cual me resulta no solo imposible, si no impensable exteriorizar a traves de esa otra cosa que le sigue y tambien me es imposible dejar de ser; esa mascara que me confunde y me evita reconocerme. Lo que me queda es la condena de vivir en un mundo blando y ligero del cual aprovecharme mediante mi no-ser, o esforzarme por ver mas alla, por traspasar lo que soy y de lo que me doy cuenta mediante el terror que me infunde la no existencia; el vacio del que provengo y estoy compuesto.

Tuesday, November 4, 2008

Fat Kid (enjoy this vision)

La existencia me aumenta de peso.

Siempre fue asi de pesada? o sera que lo noto ahora que he dejado de aspirar a ella?... Bueno.

Voy a esperar un tiempo para ver si se adelgaza. Por mientras voy a seguir haciendo lo minimo a lo que me encuentro dispuesto; osea nada.

Sunday, October 19, 2008

fase 2: andar

Los eventos nos trascienden como individuos, aun en el plano temporal que esta sujeto a nuestra memoria (individual o colectiva), la cual a su vez esta circunscrita dentro de la condicion de ser consciente del hombre. Esta condicion es tambien la que hace de los eventos fines que buscamos o al menos presentimos. De esta manera transgreden no solo nuestro entendimiento del tiempo, si no que se convierten en una especie de energia generadora de voluntades; esto por la influencia tan directa que los eventos tienen sobre nuestras estructuras morales. Por eso es que la historia sea un factor constituyente de nuestra especie, y marque un camino que, sigamos o no, afecta nuestro destino y la forma en que este se desarrolla.

Friday, October 17, 2008

Intermedio

En el afan (o necesidad, si se considera parte de nuestra condicion) de buscar, mas que de encontrar, explicaciones a los fenomenos del mundo y de establecer al conocimiento como la fuerza propulsora de dicha verdad, los 3 sistemas que a mi vision sobresalen mas en el mundo contemporaneo son: ciencia, filosofia y religion (en la cual dicho conocimiento esta restringido a un pathos establecido principalmente por la tradicion). Las intenciones ocultas que alguna pueda llegar a tener no es lo que esta en cuestion aqui, si no la relevancia de los usos que se le pueden llegar a dar a la "verdad" a la que cada una aspira.

A traves de la historia se ha negado, en diferentes grados, la efectividad de la razon como el unico recurso ante algun obstaculo del conocimiento. La mayoria de dichas ideologias han tenido sus bases en creencias jerarquicas, a las que por el mismo motivo no les son convenientes indagaciones mas alla de lo permitido para cada rango. Con este "rechazo" del conocimiento (que es mas bien un monopolio de la informacion) la iglesia catolica, por ejemplo, defiende sus intereses mas sensibles ante posibles ataques; lo mismo que los regimenes totalitarios y otras formas de gobierno. Sin embargo recientemente, incluso las corrientes subversivas hacia el conocimiento formal -anhelado por la ciencia y la filosofia analitica- y mas especificamente la vision postmodernista, le han dado un valor a la "falta de razon" y han devaluado a la razon tradicional a un sinsentido del cual el unico escape es la experiencia de las emociones. Este llamado contra las formas tradicionales de percibir la realidad puede, de una manera un poco arbitraria, ser simplificado a un conflicto de lenguaje, al cual se le ve como un medio que limita al pensar a la ambiguedad y corto alcance de las palabras como contenedoras de sentido real y constante.

Lo que a todos estos sistemas caracteriza es su busqueda directa de la verdad y la armonia existencial a la que se llega a su vez. Incluso el postmodernismo, eterno enemigo del establishment del conocimiento, evoca (con su rechazo a la precision y alcance del lenguaje, a la logica "erronea" que se deriva de el y al conocimiento "falso" al que esta lleva, y con su enfasis a las emociones y a los estados fisicos y de conciencia) un deseo unificador del ser mediante el cual llegar a una verdad sintetica de los niveles espiritual, fisico y consciente (al que le da caracter de un medio intuitivo con el cual realizar las cosas).

Lo que no se considera casi en ningun caso, es el valor de la duda, no como curiosidad, no como promotora de pensamiento ni como la razon por la que nos embarcamos en la tarea de saber y de explicar los fenomenos del mundo, si no como un fin al que no aspiramos ni llegamos nunca; una coleccion de todos los pensamientos habidos y por haber (y a la vez la falta de ellos) que abarca la totalidad del mundo y sirve al mismo tiempo como un carril por el que nos movemos mediante medios congnoscitivos, sentimientos, emociones y nuestro cuerpo. La existencia de lo fisico y de lo material se desarrolla y comprueba solamente con la habilidad con la que conciliemos nuestras percepciones (fisicas, emocionales, etc.) con el resto de esa duda total.